La
optometría comportamental es una de las especializaciones de la optometría que
se encarga de evaluar, diagnosticar y tratar problemas visuales vinculando
especialmente la visión con los demás sentidos.
En
la optometría comportamental, en ocasiones se utilizan los prismas gemelos base
abajo para tratar posturas endocéntricas; por ejemplo para ayudar a una
persona, a quitar la costumbre de acercarse demasiado a lo que lee, dibuja,
escribe… Estos prismas hacen un efecto “como si se levantase” la zona que el
usuario está mirando, con lo cual “ya no tiene tanta necesidad” de acercarse;
por lo que “la mejoría es automática”. Una vez que se integra suficientemente
la postura correcta y después de haber normalizado –si ha lugar- habilidades
visuales como la acomodación, la fusión y las vergencias, se pueden ir quitando
los prismas gemelos, hasta que lleguen a ser innecesarios. Pero cada caso es
diferente.
La
postura incide en el funcionamiento visual. Por eso es aconsejable tener
habitualmente una postura correcta o mejorarla –si no se tiene- yendo a un
gimnasio y/o con un entrenador personal, etc. Es particularmente importante
para los miopes y los que tienen tendencia a la miopización porque suelen
tender también a la postura endocéntrica; luchar contra esta tendencia y
conseguir una buena postura constante, forma parte de los tratamientos de
Control de Miopía.
Los
Optometristas que se han especializado en Terapia Visual, también utilizan
grismas gemelos -pero ya con bases laterales y/o superiores- en los
tratamientos para normalizar correspondencias retinianas anómalas.
Pero
los prismas gemelos valen para lo indicado anteriormente y para mucho más. A
veces, los resultados son espectaculares. En este enlace puedes ver
el caso del especialista en Terapia Visual Neurocognitiva Salvador Pérez
en el que se ve hasta qué punto la optometría comportamental puede mejorar la
vida de una persona; en este caso con prismas gemelos.
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